domingo, 4 de mayo de 2014

Quizás Mañana / El Hall transformado



 





Quizás mañana
Un proyecto de Juanvi Sánchez

El Hall transformado 2014 

Comisario: Roberto Castrillo
Facultad de Filosofía
Universidad de León
del 1 de mayo al 1 de junio
Año XXI


“Algo ocurre, pero nada pasa.
Todo encaja, nada chirría, se impone el silencio.
La noticia más terrible pasa fugaz.
Todo es amable desde aquí.

Transitar por los más oscuros territorios,
sin desenfocar la imagen, sin fallar en una palabra,
en una coma, con las pausas justas.
–Y los domingos santos son para el descanso-.

Crecemos a la sombra, mientras la sombra crece
y la vida se escapa.
¿Revolución o muerte?
Quizás mañana”.

 
EL ARTE DE LO POSIBLE


Roberto Castrillo Soto

Profesor de Historia del Arte de la Universidad de León


   La configuración de la práctica artística de las instalaciones surgió desde experiencias plásticas desarrolladas a partir de los años cincuenta del siglo XX en las que se investigaba acerca de la posibilidad de traspasar tanto la autonomía objetual de las obras de arte como su relación con el entorno. El objeto escultórico incorporaba así, en su planificación y ejecución, magnitudes hasta entonces exclusivas de la práctica arquitectónica relativas a la escala o la utilización y transformación del espacio circundante. La instalación anual propuesta en el marco del proyecto artístico El Hall Transformado se plantea como una actualización de criterios estéticos y ejercicios visuales alrededor de un locus condicionante: el hall de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de León. En cada una de sus veintiuna ediciones los artistas invitados han trabajado e interpretado el espacio desde diferentes perspectivas conceptuales y procedimientos materiales. La funcionalidad formal del edificio se presenta supuestamente inalterable y equivalente a cada una de las intervenciones plásticas. Sin embargo, éstas introducen una dimensión variable a su aparente estatismo. Soluciones múltiples a un mismo problema que han convertido al hall en soporte de distintas formas de mirar tanto sus cualidades físicas como las humanas, individuales o sociales que comporta, alberga y propicia. El artista plástico se apropia de las magnitudes arquitectónicas, no solo de las mensurables sino también de las reflexivas y emocionales.
   El artista salmantino Juanvi Sánchez propone este año un trabajo plástico autorreflexivo en torno a las condiciones de posibilidad y la naturaleza de las relaciones que los individuos y las sociedades entablan y construyen con su entorno cotidiano. La interacción entre la acción del hombre y el territorio, lo artificial y lo natural, constituyen el eje vertebrador de gran parte de su producción artística tanto individual como de los proyectos colectivos que desde 1994  desarrolla junto al colectivo OMA (Arte Otros Medios) en el Sierra de Francia. La relación entre la arquitectura y la naturaleza es para el artista dialéctica, tensa y necesaria. Sus propuestas, siempre sutiles, no buscan solucionar dicha tensión sino abrir cauces de comunicación y coexistencia, alternativas a una polaridad que es consecuencia de disfunciones formativas y sociales. Los sistemas sociales, económicos o educativos generan respuestas y conductas que proceden de la insistencia repetitiva de mensajes clausurados, expectativas limitadas y experiencias individuales y colectivas indiferenciadas. La recuperación de la vivencia subjetiva o comunitaria frente a unos arquetipos implantados externamente impregna las intervenciones de un artista que opera desde la convicción de la condición poética de la creación artística. Un concepto de tradición aristotélica que sitúa las artes en el escenario de la posibilidad, de lo aún no sucedido pero posible en función de la verosimilitud de su puesta en escena. La finalidad de las artes no es imponer verdades universales o paradigmas indivisibles sino proponer formas alternativas de mirar, experimentar la realidad y construir el mañana.
   La arquitectura del hall acoge de hecho un proyecto posible, un Quizás mañana esbozado por el autor. La severa presencia del espacio, el funcionalismo determinante de sus formas, la monocromía de su revestimiento o la simetría de su composición, son referencias que el artista ha utilizado a la hora de proponer un nuevo recinto espacial expandido por el suelo. Delimitado por una línea roja que remarca el diseño del espacio en que se sitúa, dibujando así un leve pero significativo perímetro desde el que abrir una expectativa perceptiva para el espectador, se despliega una suerte de microciudad  o, mejor dicho, un asentamiento humano a pequeña escala construido a base de varios cientos de diminutas arquitecturas de madera. Un pequeño y casi infantil juego de construcción, frágil y móvil, azaroso y múltiple. Una alternativa al lugar en el que se sitúa. Planteaba Aldo Rossi en su Arquitectura de la ciudad cómo ésta no podía ser reducida a un mero esquema distributivo sin correr el riesgo de suprimir las complejas motivaciones que conforman los hechos urbanos: motivaciones individuales y colectivas que construyen lugares con memoria y emotividad. La anulación de éstas bajo un prisma de equivalencia funcional reduciría los asentamientos urbanos a meros hechos instrumentales. La obra de Juanvi Sánchez contempla una dimensión antropológica y sociológica de los hábitats urbanos y sus componentes primarios: las arquitecturas. Así, las piezas de construcción se extienden, de forma libre pero guiada, a lo largo de un segmento ligeramente oblicuo del recinto delimitado, dibujando un cauce, una ruta o constelación compuesta por pequeñas unidades básicas en las que el espectador adivina calles, plazas o diversos espacios urbanos. Estudiantes universitarios fueron generando este espacio común, proyectando en él su particular sentido de la ciudad y el territorio. Y esta misma proyección y experiencia individual es la que se propone al espectador; una reflexión en torno a la relación existencial que mantiene con su entorno. Todo asentamiento humano presenta signos concretos del modo de vivir de sus habitantes y en él van depositando sus huellas, se van formando como sujetos singulares y colectivos. El artista propone un lugar altamente poético y simbólico, un espacio empírico e intuitivo y, ante todo, humano.
    Alrededor del cauce poblacional el artista ha situado unas peanas blancas en las que igualmente se sitúan pequeñas arquitecturas, algunas próximas y otras alejadas del asentamiento principal. El pedestal remite al monumento ejemplarizante, a la generación de una distancia contemplativa. Relevancia o aislamiento, acrópolis del poder o síntomas de la incomunicación social, ausencia o presencia de lo común. Disyuntivas que el autor propone al habitante de esta delicada micro-utopía artística, en la que también hay lugar para la dimensión espiritual del ser humano. Distribuidos por el recinto crecen verticalmente un conjunto de cipreses, culturalmente asociados con el pensamiento trascendental, el sentido religioso y la muerte. Ésta también aflora mediante el dibujo de la silueta de rostros cadavéricos diseñados con piezas industriales que van envolviendo determinados conjuntos de edificaciones. El propio Aldo Rossi en su meditación sobre la ciudad la definía como el signo concreto de toda biografía, el escenario que comprende el recorrido entre la vida y la muerte.
    Quizás mañana es un espacio de incertidumbre, un juego verosímil acerca de las posibilidades y capacidades del ser humano de comprender y modificar el medio en el que desarrolla su actividad vital. Juanvi Sánchez desplaza el objeto plástico al campo de lo arquitectónico y lo urbano. El resultado es un modelo abierto a toda posibilidad. La responsabilidad acerca de la forma que adquiera depende de la acción de quienes lo construyan.

El texto de Roberto Castrillo sobre blanco: http://tamtampress.es/2014/05/16/el-arte-de-lo-posible/

Algunos artículos:

http://www.diariodigitaldeleon.com/Destacado-Social/el-artista-salmantino-juanvi-sanchez-protagoniza-la-xxi-edicion-de-el-hall-transformado-de-filosofia-y-letras.html